En la Roma Antigua
LOS GRAFITIS ROMANOS
Al recorrer la mayoría de las calles de nuestras ciudades, si la cotidianeidad no nos lo convierte en indiferente, no deja de sorprendernos la cantidad ingente de pintadas, garabatos, inscripciones, etc. que ensucian (o engalanan, vaya usted a saber) nuestras paredes. Lo cierto que se tiende a pensar que se trata de un mal contemporáneo y de una práctica anti-sistema que produce gran irritación en la mayoría de los ciudadanos, sin bien para otra parte importante de la población y, sobre todo, para los autores son cosas bien distintas: desde un nuevo arte hasta marcas territoriales de grupos y personajes.
Lo cierto que esta práctica de “graffitear” las paredes no es nueva y desde el primer momento que los seres humanos plasmaron sus inquietudes artísticas lo hicieron así: las cuevas rupestres están llenas de pinturas, inscripciones, grabados, raspados, etc. Pero la práctica continuará a lo largo de todas la historia, desde los murales egipcios pintados en la paredes hasta los grandes murales que adornan algunos de los más modernos edificios, pasando entre otras cosas por la capilla Sixtina (sin ir más lejos). Ahora bien estas manifestaciones artísticas se acompañaron siempre de manifestaciones de dudoso valor estético y que en su gran mayoría pretendían dejar constancia de que alguien estuvo por allí.
Son infinidad los monumentos que aparecen con el clásico “Pepito Pérez estuvo aquí y una fecha”. En la mayoría de los casos estas inscripciones son eliminadas, si bien en muchos casos se conservan con gran esmero si “Pepito Pérez” es personaje de relevancia. Existen otros mensajes, que suelen ser anónimos, en los que el objeto es mofarse, insultar, desprestigiar, etc. a un tercero y los baños públicos son el mejor lugar para hacerlo, junto con otras inscripciones generalmente de alardes y propuestas sexuales. Y estos existen en todos los periodos históricos.
Pero quizás de la Roma Antigua es de la época histórica de la cual nos han quedado más testimonios. En ciudades como Ostia, Pompeya o Roma son muchos los grafitis existentes aún y que nos ofrecen una visión particular frente a las historiografías oficiales. La dramática destrucción de Pompeya ha permitido que las excavaciones posteriores nos revelaran una instantánea de la vida romana de aquel agosto del 79 y entre una verdadera infinidad de detalles nos ha mostrado un interesante mundo de grabados y pintadas del más diverso pelaje: eróticos, religiosos, propagandísticos, ofensivos, vejatorios, amorosos, ofertas sexuales, cultos,… Los descubiertos hasta la fecha tan sólo en Pompeya son unos 10.000.
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