¿El primer grafitero?
Joseph Kyselak hizo grafiti casi 150
años antes
que los grafiteros de Nueva York en los setenta.
Kyselak nació en 1799 y se desempeñó durante
varios años como funcionario del Imperio Austro-Húngaro. Renunció a su trabajo
para iniciar un viaje cuyo reto consistía en dejar su tag (“Yo soy Kyselak”) a
lo largo del imperio. Al parecer, esta aventura fue el
resultado de una tarde de licor con sus amigos en un bar vienés, donde acordaron un
plazo máximo de tres años para realizarla.
En marzo de 1825, con 26 años, Kyselak emprendió un
viaje en el que bordeó buena parte del imperio. Acompañado únicamente de su perro, dejó su tag en iglesias, castillos y
puentes de aproximadamente 120 pueblos y ciudades. Asimismo, dadas sus
dotes de alpinista, logró escalar varias de las montañas más altas de Europa,
dejando su huella con óleo de color negro. Terminó su hazaña en octubre del
mismo año y hoy en día se conservan 16 piezas en las que estampó su nombre.
Kiselak murió víctima del cólera cuando
tenía apenas 32 años. La fama que ganó en la Austria de sus
días se ha extendido hasta hoy, gracias a obras literarias, una película y
varios documentales que no han permitido que su memoria se desvanezca.
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